Casa Grande de Trives

La llamaría “Gran Hogar de Trives” porque así te sientes durante la estancia, como si esa Casa se hubiese convertido repentinamente en tu nuevo hogar, al menos durante unos días; y qué hogar extraordinario! No es fácil destacar algo porque cada aspecto está cuidado con un cuidado exquisito, desde las puertas de la entrada y las estancias hasta los muebles y la decoración, pasando por un desayuno propio de un marqués :-), el esmerado jardín interior o el retablo barroco de la capilla, por citar lo que con prontitud nos salta a la mente. No podemos dejar de citar a Alfredo, artífice de la hogareña atmósfera que se respira en la gran casa y, por cierto, gran conversador. Todo por un precio que ya no se encuentra en establecimientos de esta clase. Lo dicho, “moito por pouco”.

Un lugar para recordar y recomendar. El gusto y el cariño con el que Alfredo cuida los detalles la hacen especial. Los desayunos son magníficos y la música clásica de fondo los recordaremos siempre. Y las habitaciones son súper espaciosas, mayores que las de Paradores ( al menos la nuestra) . Salones y zonas de paso también están decoradas con obras y mobiliario de pasados siglos. Un pazo gallego vivo. Y dos peros: no haber estado más que tres días y no poder profundizar en largas charlas con Alfredo.