مستخدم نزيل
9 يوليو 2025
Ubicación: el hotel Brun se encuentra en la plaza Galileo Galilei, a menos de cinco minutos de Piazza Maggiore o de grandes arterias comerciales como Vía Farini. Llegar desde la estación de tren (Bologna Centrale) conlleva una caminata de veinte minutos pero es prácticamente una línea recta con pocos desvíos, siendo el recorrido en buena medida por los soportales de vía Galliera. Optando por la caminata, si nuestro punto de partida ha sido la estación de tren, una vez en la plaza Galileo Galilei el hotel se encuentra al fondo de la misma. Se trata de un hotel boutique reformado (con mucho gusto). En mi caso la estancia fue breve y viajaba sola; mi habitación era una Single Deluxe, con una cama individual. Pero en lugar de estar como en muchas habitaciones individuales, pegada a una pared, la cama estaba en el centro de la estancia. El colchón (con su duvet fino, fresquito), por otra parte, me lo hubiese traído para casa de lo cómodo que es y lo bien que me hizo dormir. La habitación (105) era lo suficientemente amplia como para no tropezar con nada. Cuenta con un armario grande, una butaca cómoda, una tele enorme y, bajo esta, un mueble en el que se encuentran la caja fuerte y un minibar cuyo contenido es de cortesía para el huésped; el mío contaba con una lata de agua con gas, otra de agua sin gas, dos cocacolas (una zero y otra normal), una cerveza y unas patatillas; aparte hay una cafetera Nespresso con un par de cápsulas (y leche envasada), y té en abundancia. La ventana, que da a la parte trasera del edificio, aísla perfectamente del ruido de la calle. Cuando llegué la habitación estaba a unos frescos 21 grados, y así se mantuvo (aunque el a/c se puede graduar). El baño cuenta con una ducha de obra con mucha presión y las amenities propias que esperas en un hotel de cuatro estrellas (incluyendo albornoz y zapatillas). Desayuno: se sirve desde las 07:00 en la planta baja y es súper completo; la sección dulce cuenta con tartas, galletas y dulces típicos, aparte de los consabidos cornettos y pan para tostadas; la sección salada incluye embutidos, quesos (entre ellos parmigiana y pecorino), tostadas de aguacate y salmon, pimiento asado, huevos cocidos y ensalada; a mayores, fruta cortada, cereales y yogures. Pero si todo eso no fuese suficiente se puede solicitar a cocina huevos (entre formas múltiples; tanto revueltos como fritos o pasados por agua), zumos de naranja recién exprimidos o incluso de otras frutas, combinando varias. Si todo eso no fuese suficiente, desde las 11:00 de la mañana en la misma sala hay a disposición de los huéspedes un pequeño rincón (gratuito también) de café, galletas y algún otro snack. No se sirven almuerzos ni cenas, pero no es un problema en una ciudad donde hay (buenas) opciones para comer cada dos pasos. De mi experiencia resalto, además, a Daniele. Como recepcionista, amabilísimo; más allá del check in de rigor o de ofrecerse a guardar mi maleta mientras no me daban la habitación, una vez asignada no sólo me i
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