Hospedium Hotel Devalar Do Mar

Este nuevo y moderno hotel fue todo un acierto durante nuestra estancia en Camariñas. Pertenece a Carmen y Ramon que te harán sentir como en casa desde el primer minuto. Su duro trabajo da su fruto porque todo funciona estupendamente y la atención es increíble. El hotel es de estilo nórdico que les ha quedado precioso. Las habitaciones son amplias e impolutas. Cuentan con aire acondicionado, gel y champú y secador. En el restaurante puedes probar auténticos platos gallegos hechos por ellos con ingredientes de alta calidad. Todo lo que probamos estaba riquísimo y se nota el cariño con el que hacen las cosas. Ademas conversar con ellos ha sido un gusto y muy enriquecedor. Cuentan con parking amplio y estaciones de carga para coches eléctricos. Si pasáis por Camariñas, a dormir o simplemente a tomar algo, merece la pena pasar a conocer a Carmen y Ramon.

La estancia fue estupenda todo perfecto la habitación muy moderna y muy bonita , la cena en el restaurante fue estupenda y el desayuno perfecto .Los dueños Carmen y Ramón maravillosos , muy buenas personas y muy atentos , repetiremos la próxima vez.

Muy buenas vistas y buena atención

Gran Hotel !!! Gran hotel! Excelente atención, super amables!

Hemos pasado unos días fabulosos por la zona, nos hemos alojado en éste hotel y lo hemos pasado muy bien, está bien ubicado, es nuevo, las habitaciones son amplias, cómodas y no las falta de nada, todo está muy limpio. Los dueños ( Ramón y Carmen ), son encantadores y nos han tratado fenomenal a toda la familia, mis hijos han quedado encantados, buen desayuno y sobre todo que buenas cenas nos han preparado y qué veladas hemos tenido después, gracias por esos buenos ratos pasados junto a vosotros, sois muy majos. Gracias por celebrar éstos días de Navidad con nosotros, mis hijos siempre se acordarán de esa fantástica paella, esas almenas, etc, muy rico todo Ramón y Carmen.

Hotel innovador con amplias habitaciones muy bien equipadas, prácticas y cómodas. Está nuevo, sin desconchones en las paredes, ni suciedades, ni humedades... se está súper agusto. Todas las habitaciones, menos una que tiene grandes cristaleras, tienen unos grandes ventanales que dan mucha luminosidad pero tienes cortinas por las que no entra nada de luz. La ducha es una maravilla, sin mamparas, ni platos de ducha molestando por ningún lado. Disfrutas de una estancia muy tranquila (no he escuchado a ningún "vecino" y eso que estaba completo). La limpieza es primordial y se nota, limpian las habitaciones todos los días, por lo que está todo muy limpio. Las habitaciones están como en una especie de altillo a las que puedes acceder por escalera o ascensor. Dispone de aparcamiento. El desayuno es tipo buffet libre con variedad de productos: bollería,empanada,tostadas,embutido,zumo, café... Tienen un pan riquísimo. Hemos disfrutado de una estancia muy placentera, se podría decir que es un hotel de lujo disponible para todos los bolsillos. No ha habido nada negativo que pueda comentar. Especial mención al camarero (desconocemos como se llama), que es un muchacho muy agradable y servicial.