Albergue Alea

Ponferrada es preciosa. Lastima que nos equivocáramos en elegir este Albergue. Sus fotos engañan y en una página del camino lo recomendaban. Si olor a rancio ya echaba atrás nada más entramos. Todo viejo. Habitaciones pequeñas donde meten a las personas hacinadas. Un solo inodoro y ducha para mujeres y otro para hombres. Cuando se van los dueños lo cierran todo con llaves y ni puedes coger un plato. No hay microondas. Y como " detalle" te deja unas botellas de agua abiertas con vasos que dudo que el agua no sea del grifo( que no tengo problemas de eso,pero es muy cutre). Lo peor es que la cerradura funciona mal y te dice " que tiene truquillo" casi nos quedamos en la calle. Hay que ser racanos de no cambiar una cerradura. El peor lugar donde he dormido en todo el camino.